Día de la Tierra: Una invitación a reconectarnos con nuestro planeta
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Día de la Tierra: Una invitación a reconectarnos con nuestro planeta

“Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida auténticamente humana sobre la Tierra.”
Hans Jonas, El principio de responsabilidad (1979)

Querida comunidad educativa:

Cada 22 de abril celebramos el Día de la Tierra, una fecha que, más que una efeméride, nos invita a hacer una pausa y reflexionar con profundidad sobre la relación que tenemos con nuestro entorno. ¿Cómo estamos habitando este planeta que nos da todo? ¿Qué dejamos con nuestras acciones y nuestras decisiones diarias?

Esta conmemoración tiene su origen en 1970, cuando millones de personas en Estados Unidos salieron a las calles para exigir que se tomaran medidas frente a la contaminación y la destrucción del medio ambiente. Fue una movilización histórica, impulsada por el senador Gaylord Nelson, y dio origen al Día de la Tierra como una forma de canalizar el creciente interés por proteger el planeta. Desde entonces, esta fecha se ha convertido en un símbolo global de conciencia ambiental.

Hoy, más de 50 años después, los desafíos siguen siendo enormes. Vivimos en una época marcada por el consumo excesivo, la pérdida acelerada de biodiversidad, la contaminación de ríos y océanos, y los efectos del cambio climático que ya no son parte de un futuro lejano, sino una realidad que vivimos día a día. Cada vez escuchamos con más frecuencia sobre incendios forestales, sequías prolongadas, inundaciones, o especies que desaparecen sin dejar rastro. Y todo esto está profundamente conectado con la forma en que usamos –y muchas veces abusamos– de los recursos naturales.

Sin embargo, también estamos en un momento clave para cambiar el rumbo. Cada vez hay más personas, organizaciones y comunidades comprometidas con buscar un equilibrio entre el desarrollo humano y el cuidado de la naturaleza. Sabemos que es posible vivir de una manera más armónica y respetuosa con el planeta. La llamada economía circular, por ejemplo, nos propone un modelo diferente: uno en el que reutilizamos, reciclamos y prolongamos la vida útil de los materiales, en lugar de desecharlos rápidamente. Esto no solo ayuda al ambiente, sino que también abre nuevas oportunidades económicas y de innovación sostenible.

Además, nunca debemos subestimar el valor de mantener contacto con la naturaleza. Estar al aire libre, caminar entre árboles, escuchar los sonidos del bosque o simplemente observar un atardecer, tiene efectos positivos en nuestra salud mental y emocional. Nos recuerda que somos parte de algo más grande, que no estamos separados de la Tierra, sino que somos una expresión de ella.

Por eso, este Día de la Tierra les proponemos algo sencillo pero poderoso: preguntemos juntos qué tipo de relación queremos tener con nuestro planeta. Cuidarlo no es solo una responsabilidad ecológica; también es un acto de amor hacia nosotros mismos, hacia las futuras generaciones, y hacia todas las formas de vida que nos rodean.

Construir un mundo más justo, más verde y más consciente es tarea de todas y todos. Y desde nuestras aulas, hogares y comunidades, podemos empezar.

Con cariño y esperanza,
Centro Educativo Peumayén

Referencias y textos de interés sobre el tema: